Este lunes, Rusia atacó ciudades de toda Ucrania con una andanada de misiles, que causó al menos 31 muertos en todo el país y dejó graves daños en un hospital infantil de Kiev.

Caos, pánico e impotencia tras bombardeo ruso a hospital infantil de Kiev. Foto: Reuters
Poco después de que los supervivientes del ataque salieran del búnker del sótano del hospital infantil Okhmatdyt, la multitud se congregó para formar una cadena humana y retirar los escombros pieza a pieza.
Según el alcalde de Kiev, Vitali Klitchko, hasta el momento se ha confirmado la muerte de dos adultos en el infantil, uno de ellos era médico. Además hubo al menos 16 heridos, entre ellos siete niños.
Imágenes difundidas por medios internacionales muestran cómo quedó el hospital después del ataque: cristales rotos y gotas de sangre salpicaban los pasillos y las puertas del centro asistencial.
“Las instalaciones están destruidas. En este momento, probablemente sea imposible trabajar”, mencionó a la AFP Oleksandr, médico del hospital.
Más tarde, las autoridades locales informaron que un segundo hospital había sido atacado en la capital ucraniana, matando al menos a cuatro personas.
La ONU condenó la oleada de ataques diciendo que era “inconcebible que haya niños muertos y heridos en esta guerra”, mientras que Josep Borrell, de la UE, fustigó a Rusia por atacar “despiadadamente” a civiles.
Fuente: EFE