En los últimos días, pobladores de la localidad de Ñuñoa, de Santiago de Chile, se sintieron consternados por el hallazgo de una misteriosa maleta en cuyo interior se encontró el cuerpo de una mujer, de avanzada edad y en estado de “esqueletización”.
Si bien al principio se especuló sobre la participación del crimen organizado, las pericias hechas por los investigadores revelaron una gran sorpresa: el cuerpo correspondería a una monja que falleció por una enfermedad hace un año, lo que derivó a una investigación, ya que la mujer vivía con otras dos supuestas religiosas residentes de la zona.
Al respecto, Juan Luis Fonseca, subprefecto de la Policía chilena, señaló a la prensa que la maleta fue dejada por una persona adulta mayor, quien iba vestida de monja, por lo que se hizo el seguimiento casa por casa para ubicar a dicha persona, encontrándose cerca del hallazgo.
En forma voluntaria, esta persona se reunió con el equipo de laboratorio de Criminalística y, según había confesado, el hecho se trató de un pacto con la fallecida, porque le tenía mucho cariño y vivían en el lugar.
El pacto
Según antecedentes entregados por la Policía, entre ambas religiosas existía una especie de pacto por una relación de amistad entre ambas, que consistía en que, si una de las dos moría, dicho fallecimiento no se iba a denunciar ni inscribir, que fue lo que habría sucedido.
Así lo graficó el fiscal Francisco Lanas, quien contó que la hija de la religiosa de 80 años aprehendida llegó desde el extranjero hace algunos días y sería ella quien habría decidido sacar el cuerpo de la maleta.
“Hay una investigación en curso y varias diligencias pendientes para tener todos los detalles. La cronología es que luego de identificar de dónde salió la maleta con el cuerpo de la víctima, se tomó declaración a la mujer de 80 años que salía en las cámaras”, dijo.
“Nos dijo que tenían una relación de muchos años con la fallecida, que tiene una enfermedad y vivían en el mismo domicilio. Dicha enfermedad nunca se trató e hicieron el pacto de aislarse del mundo y ocuparse del fallecimiento de la otra sin inscribirlo ni informarlo”, agregó.
“Esta persona habría fallecido hace varios meses y tras esto, traslada el cuerpo en una maleta al actual domicilio y guarda el cuerpo en una bodega interior”, añadió el fiscal.
En otra línea, explicó que la hija de la religiosa podría haber descubierto la maleta. “La única explicación lógica es que sería ella la que decide sacarla hacia la calle; en el cuerpo de la fallecida no hay evidencia de violencia ni de participación de terceros“, dijo.
Finalmente, el fiscal advirtió que el caso aún no está cerrado, que existen muchas pericias por hacer como conocer la causa de muerte de la persona dentro de la maleta y que eso podría desencadenar en alguna imputación a las mujeres religiosas.
Tras lo acontecido, desde el Arzobispado de Santiago aclararon que la mujer que aparece dejando el cadáver “no es religiosa” y tampoco existen registros de que la fallecida sea monja.
Fuente: Infobae