En la decimoprimera jornada de juicio oral por el crimen de Fernando Báez, hijo de paraguayos, ocurrido en el año 2020 en Villa Gesell, habló el más complicado de los rugbiers acusados de matar a golpes al joven.

Principal sospechoso del crimen de Fernando lloró y pidió disculpas. Foto: Maxi Faila
Se trata de Máximo Thomsen, el sindicado líder del grupo de rugbiers que atacó al joven. El mismo tomó la palabra después de la declaración de su madre, Rosalía Zárate, quien durante su testimonio reveló que tiene cáncer, situación que quebró al joven.
Con lágrimas, Thomsen llegó a la silla para hablar ante los jueces y primeramente pidió disculpas, asegurando que nunca tuvo la intención de matar a patadas a otro chico, como lo hizo con Fernando.
El acusado en todo momento quiso mostrar lo que en tres años ni en 10 audiencias de juicio oral hizo, su costado humano.
“Veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida. Salgo corriendo detrás de él y digo ‘se van a pelear’. Y me pegan una piña en la cara. Lo primero que hago es defenderme tirando patadas. Pero jamás en la vida con la intención de matar a alguien”, expresó.
Asimismo, Thomsen reconoció el homicidio, admitiendo que el calzado ensangrentado, el que marcó la cara a Fernando, es de él, pero supuestamente no sabía a quién le pegó.
“Siento que alguien me pone la mano en el pecho, me doy vuelta pensando que me iba a pegar y era un amigo, me dice ‘basta’. Miré para el costado y nadie estaba pegando, me vuelvo a dar vuelta a ver si veo a todos mis amigos y me voy yendo”, comentó sobre cómo terminó el ataque.
Posteriormente, el rugbiers indicó que fue a la casa que alquilaba con unos amigos en la localidad veraniega, donde se cambió la camisa y fue a comer unas hamburguesas.

Los padres de Fernando Sosa exigiendo justicia. Foto: Gastón Taylor
Una vez en la casa, Thomsen señaló que llegó la policía. “Salimos, recuerdo que salí tercero; ahí escucho que son ellos”, dijo.
“Cuando estábamos todos en el piso nos dicen: ‘¿Ustedes saben porque están acá? Ustedes mataron a un pibe'”, indicó.
“Ahí recuerdo que me empezó a dar vuelta la cabeza, empecé a vomitar, me empecé a sentir muy mal. No lo creía hasta el otro día. Mi cabeza no lo podía procesar porque no lo entendía”, afirmó.
Finalmente, Máximo se negó a responder las preguntas del abogado de la querella, Fernando Burlando. “No me siento cómodo respondiéndole preguntas a una persona que me insultó mucho a mí, a mi mamá. Dijo muchas barbaridades sobre mi persona y no me siento cómodo”, sentenció.
Cabe señalar que Thomsen está acusado por ser el coautor de la causa que fue caratulada como “homicidio doblemente agravado por alevosía” y por el concurso premeditado de dos o más personas. El mismo podría recibir una pena de prisión perpetua (35 años).
Fuente: Clarín