Decenas de ciudadanos en Libia quemaron la casa del hasta ahora alcalde de Derna, Abdulmenam Al Gaizi, durante las protestas contra la gestión de las autoridades después del ciclón Daniel, que acabó con la vida de más de 11.000 personas.
Al Gaizi fue suspendido hace unos días por el Gobierno de Bengasi (este), a la espera de concluir una investigación judicial sobre el desastre ocurrido en la localidad. El mismo había declarado que el número de muertos podría alcanzar los 20.000.
Al grito de «Libia, unidad nacional. Este u Oeste. Los libios son hermanos y no hay diferencias entre nadie», los residentes se congregaron en la céntrica plaza de los Mártires y pidieron la destitución del presidente del Parlamento, Aquila Salah, al que acusan de entorpecer el proceso de unificación del país tras 12 años de conflicto después del levantamiento popular respaldado por la OTAN, que derrocó a Muammar Gaddafi.
Según los críticos, la Cámara de Representantes, ubicada en Tobruk, no se reunió hasta tres días después de que las aguas torrenciales arrasaran el pasado domingo el noreste del país, especialmente Derna, donde colapsaron dos presas, vertiendo 33 millones de litros de agua durante la madrugada y arrastrando zonas residenciales enteras, puentes y carreteras hasta el mar.
La tensión en esta localidad costera, que contaba con 120.000 habitantes, se produjo horas después de que Naciones Unidas revisara drásticamente a la baja la cifra de víctimas del ciclón, de 11.300 a 4.000.
La gestión del desastre ha estado marcada por la división política y la falta de coordinación entre las dos autoridades enfrentadas que se disputan el poder ejecutivo: el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), radicado en Trípoli (oeste) y reconocido por la comunidad internacional, de Abdulhamid Dbeiba; y el Gobierno de Bengasi, elegido por el Parlamento y bajo control de Haftar, dirigido por Osama Hammad.
Fuente: EFE