La ciudad brasileña de Porto Alegre se encuentra sumida en un mes de inundaciones sin precedentes, mientras las autoridades trabajan arduamente en las tareas de limpieza que ya han retirado unas impresionantes 27.700 toneladas de basura de las calles.
El río Guaíba, que baña la capital del estado de Rio Grande do Sul y cuenta con una población de 1,3 millones de habitantes, registró una altura de 3,82 metros en la mañana de ayer, superando en 22 centímetros la cota de inundación establecida. Aunque el nivel del río ha fluctuado en las últimas semanas, actualmente se encuentra lejos del récord histórico de 5,32 metros alcanzado durante el pico de la inundación a principios de mayo.
Con la disminución de las lluvias, el Ayuntamiento ha desplegado equipos de limpieza para retirar los muebles, colchones y electrodomésticos inservibles que los residentes han dejado en las aceras. Cerca de 800 trabajadores municipales de limpieza junto con 300 vehículos, entre excavadoras y camiones, se encuentran recorriendo los barrios donde el agua ha retrocedido.
Itajane Barbosa dos Santos, una enfermera de 36 años, ataviada con un chubasquero blanco y botas de agua, regresó a su hogar en el barrio de Sarandi este lunes para iniciar las labores de limpieza. “El olor es insoportable”, expresó a la agencia de noticias EFE, mientras inspeccionaba su vivienda llena de electrodomésticos cubiertos de lodo y el suelo aún inundado por un palmo de agua.
Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil, catalogadas como el peor desastre natural en la región, han cobrado la vida de 173 personas, dejando 42 desaparecidos y más de 600.000 desplazados, según el último informe oficial. Ante esta situación, el Gobierno federal ha implementado bombas de agua en las zonas más críticas, entregado ayudas de 5.100 reales (aproximadamente 970 dólares) a cada familia afectada, y otorgado líneas de crédito con intereses bajos a las empresas locales para ayudar en la reconstrucción.
Fuente: Infobae