En horas de la noche del miércoles, un avión comercial y un helicóptero militar chocaron en el aire cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington DC y, a consecuencia, las dos aeronaves cayeron al río Potomac.
De acuerdo a lo informado por medios internacionales, en el avión viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes. Mientras que tres solados del ejército estadounidense iban a bordo del helicóptero Black Hawk.
Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido un recuento oficial de víctimas, pero, según la policía, se han recuperado al menos 30 cadáveres. En total 300 socorristas han sido desplegados para llevar a cabo la operación de búsqueda y rescate.
Las informaciones señalan que, entre los pasajeros, había deportistas, entrenadores y otros miembros de la federación de patinaje artístico de Estados Unidos, que regresaban de un campamento de formación. También viajaban dos patinadores rusos y otros ciudadanos de esta nacionalidad.
Tras lo acontecido, el presidente Donald Trump lamentó la magnitud de la tragedia y afirmó que se mantiene informado constantemente. “Que Dios bendiga sus almas”, señaló en un comunicado. “Gracias por el increíble trabajo realizado por nuestros socorristas. Estoy monitoreando la situación y proporcionaré más detalles a medida que surjan”, añadió.
En otra línea, describió la colisión como “una mala situación que parece que debería haberse evitado”. “El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto. El helicóptero estuvo yendo durante un largo rato directo hacia el avión. Es una noche clara, las luces del avión estaban encendidas”, dijo.
“¿Por qué el helicóptero no subió ni bajó, ni giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión?”, lamentó Trump.
Fuente: CNN/EFE/Infobae