En esta época navideña, es habitual que los niveles de estrés aumenten por una serie de factores, como problemas para dar regalos, la vestimenta, tensiones familiares, problemas para viajar, preocupaciones económicas, entre otros.
En ese sentido, desde el Departamento de Psicología de la FCM-UNA, Hospital de Clínicas, reflexionan sobre cómo manejar el estrés característico de las fiestas de fin de año.
Al respecto, la Lic. Sandra Ayala, jefa del área, indicó que el estrés no siempre es negativo, ya que es la energía que nos impulsa a cumplir nuestras tareas.
No obstante, puntualizó que, cuando se intensifica, genera un aumento del cortisol, provocando síntomas físicos como insomnio, fatiga y alteraciones emocionales.
Este exceso puede deberse a la acumulación de actividades, responsabilidades o al balance emocional del cierre del año, enfatizó la psicóloga.
“La Navidad y el Año Nuevo evocan unión y celebración, pero también pueden recordar pérdidas recientes, lo que da lugar al síndrome de la silla vacía”, expresó Ayala, subrayando que los duelos y las rupturas personales aumentan la vulnerabilidad en esta época.
Para aliviar el estrés, la especialista sugiere técnicas de relajación y respiración, gratuitas y accesibles. “Conectar mente y cuerpo ayuda a equilibrar el cortisol con sustancias positivas como las endorfinas”, comentó.
Así mismo, la experta recomendó actividades físicas, como caminatas o deportes, que contribuyen al bienestar emocional.
En otro punto, instó a valorar lo inmaterial, como los afectos y los encuentros familiares, y a recuperar el sentido espiritual de las fiestas. “Es un momento para agradecer, reflexionar sobre lo vivido, perdonar y proyectar metas para el próximo año”, aseveró.
Finalmente, puntualizó que el mensaje clave es que el fin de año no debe percibirse como un fracaso por lo no logrado, sino como una oportunidad para reorganizarse y aprender. “El ser humano necesita un propósito en la vida, y este cierre de ciclo nos invita a encontrar ese sentido y avanzar con esperanza”, sentenció.