El Ministerio del Interior, encabezado por Enrique Riera, informó sobre la caída del núcleo familiar del Clan Rotela, una de las organizaciones criminales más peligrosas de Paraguay.
Ministro del Interior destacó la importancia del debilitamiento del Clan Rotela. Foto: gentileza
En un operativo denominado «Caolín», realizado el 26 de junio de 2025, fueron detenidas Ignacia Ayala de Rotela, madre de Armando Javier Rotela, y sus hermanas Gloria Guadalupe y Santa Luciana Rotela Ayala.
El ministro del Interior, Enrique Riera, explicó que mujeres desempeñaban roles clave en el esquema de lavado de dinero del clan, utilizando la compra de tierras y ganado como fachada para blanquear los ingresos ilícitos obtenidos del narcotráfico.
Riera afirmó que el Clan Rotela, liderado por Armando Javier Rotela, conocido como el «zar del microtráfico», ha sido responsable de numerosas actividades delictivas, incluyendo el control de cárceles y la distribución de drogas en diversas regiones del país.
“En casi todas las gobernaciones, distritos o departamentos hay pequeños, medianos o grandes grupos criminales que tienen una diversidad de rubros, desde abigeatos, secuestro, extorsión que normalmente no se sabe, y nosotros necesitamos un Veneratio o Dominatus en cada departamento”, refirió el ministro.
Aseguró que la detención de su núcleo familiar representa un golpe significativo a la estructura operativa del clan, debilitando su capacidad de operar y expandirse, porque Armando se encuentra en recluido en un penal de máxima seguridad.
“Rotela tiene un régimen de máxima seguridad, solo dos horas al día ve el sol, pero tiene derecho constitucional de reunirse con su abogado y con su familia. No existe un registro técnico objetivo de que él tenga un teléfono porque la celda de Rotela se requisa tres veces al día”, añadió.
El ministro Enrique Riera destacó la importancia de este operativo como parte de los esfuerzos del gobierno para desmantelar organizaciones criminales que afectan la seguridad y el bienestar de la ciudadanía.
“Anoche nos decían en Villeta que cuando se tomó Tacumbú en la ciudad, tuvieron más o menos 6 meses de paz porque más de 32.000 dealers de Central se quedaron perdidos un tiempo porque no sabían a quién se reportaban, a dónde iba la plata, quién la guardaba”, concluyó Riera.
