En los últimos tiempos, las muertes por negligencia médica se han vuelto constante, hasta la fecha el país no cuenta con un registro nacional de incidentes médicos ni con mecanismos efectivos de control o acompañamiento a las víctimas y sus familias.

Miles de familias perdieron a un ser querido por negligencia médica. Foto: referencial.
A raíz de ellos, varias familias paraguayas decidieron unir su dolor en una acción reconfortadora y crearon la Asociación Honor y Vida, integrada por más de 50 familias que decidieron transformar su dolor en acción.
Con voz firme, Lucila Careaga, presidenta de la Asociación, relató el dolor de la pérdida de su hermana en manos de supuestos profesionales de salud que, a diferencia de salvarle la vida, la arrebataron.
“Mi hermana María Zunilda Careaga murió por descuido, por falta de preparación de los médicos que la atendieron. Fue prácticamente una omisión de auxilio. Internada y todo, no le hicieron caso; la dejaron morir”, señaló Lucila.
Sostuvo que la asociación nace con la misión de ayudar a familias que sufrieron la pérdida de un ser querido y con mayor énfasis en el interior del país, donde la mayoría desconoce las circunstancias reales en que las perdieron.
“Nos llevó a reflexionar lo siguiente: si eso ocurre en un hospital de referencia, ¿qué estará pasando en los del interior, donde las familias no tienen herramientas para entender lo que les están haciendo a sus seres queridos?”, añadió.
Una problemática estructural y silenciada
Según el relato de Lucía, la negligencia médica en nuestro país es tema tabú que no es tratado con la suficiente responsabilidad que requiere para poder hacerlo frente y evitar más muertes.
“En la mayoría de los casos, las familias ni siquiera se dan cuenta de que fueron víctimas, porque no tienen información suficiente para reconocerlo. Además, vivimos en una cultura que romantiza la muerte: se escucha ‘fue la voluntad de Dios’ o ‘nadie muere en la víspera’. A eso se suma el miedo a denunciar, la desconfianza en la justicia y los años de espera que desalientan cualquier intento de reclamo”, afirmó.
Entre las formas más comunes de negligencia, la Asociación menciona los errores de diagnóstico, errores quirúrgicos, de medicación, la falta de consentimiento informado y, sobre todo, la falta de empatía y humanidad en la atención médica.
Algunos ejemplos de la negligencia médica son casos como los de Maylen Romero, Renato Rojas y María Sol Chávez que se repite, sin registro ni una respuesta por parte de la estatal de salud.
Sin control, sin datos, sin justicia
Careaga apuntó al sistema judicial de nuestro país como la causa principal por las que las familias deciden callar la muerte de un ser querido en manos de supuestos profesionales que se prepararon para tratar pacientes.
“Cuando ocurre un caso de negligencia, la familia enfrenta no solo la pérdida, sino también la rabia, la frustración y la ruina económica. Muchas veces no pueden retomar sus trabajos, y su salud mental se deteriora por el estrés de enfrentar un sistema que no escucha. La justicia es lenta, selectiva y burocrática. Es desalentadora”, recalcó.
La presidente de la asociación mencionó que solicitaron audiencia con la ministra de Salud en dos ocasiones, aún no obtuvieron respuesta y denunció que no existe una ley que regule la práctica médica, ni evaluaciones periódicas del desempeño profesional.
“Agradecemos la apertura de la Dirección de Calidad y de la Asesoría Legal del Ministerio, que nos recibieron y nos permitieron participar del Día de la Seguridad del Paciente. Pero necesitamos más que gestos: necesitamos acciones concretas”, agregó.
Del dolor a la acción
La Asociación nació como un grupo de WhatsApp de familiares que habían perdido a seres queridos. Con el tiempo, y gracias a la unión de sus voces, se formalizó legalmente.
Hoy cuentan con un comité jurídico que asesora a las víctimas y un comité de salud mental que brinda contención emocional gratuita.
Tienen como objetivo alertar a las autoridades, crear conciencia en la ciudadanía y exigir cambios estructurales en el sistema de justicia en cuanto se refiere a muertes por negligencia médica.
“Queremos romper el silencio. Que las familias sepan que no están solas, que tienen derecho a reclamar, a ser escuchadas y a recibir justicia”, concluyó Lucila.




