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Endometriosis en primera persona: “Siempre me dijeron que el dolor era normal”

Dic 25, 2023

Aline Gottschalk es una joven maestra pastelera cuya vida cambió por completo tras ser diagnosticada con endometriosis, una enfermedad ginecológica crónica. En este artículo, conocemos su historia y la lucha que enfrenta todos los días.

“Que te duela es normal” es una de las frases que más suelen escucharse cuando alguien manifiesta dolores menstruales intensos, pero muchas veces esos “dolores menstruales intensos” no son tales, sino que los provoca una enfermedad llamada endometriosis.

Endometriosis en primera persona: “Siempre me dijeron que el dolor era normal”, dijo Aline. Foto: Gentileza

Esta es la historia de Aline Gottschalk, una joven de 27 años, cuya vida cambió por completo tras ser diagnosticada con esta afección, de la cual poco se sabe y poco se habla.

En comunicación con la redacción, la maestra pastelera, quien tuvo que frenar todas sus actividades a consecuencia de la endometriosis, contó que debió ser intervenida quirúrgicamente en septiembre pasado.

“Me diagnosticaron la enfermedad en septiembre a través de una laparoscopia, una cirugía exploratoria. Entré de urgencias al Hospital de Barrio Obrero porque venía de una evolución de dolor de hace ya dos meses; es decir, desde julio y agosto ya estaba con mucho dolor”, expresó.

“Los médicos quemaron los focos de endometriosis que encontraron, no sé si habían más focos. La cirugía no es una solución, según me dijeron los médicos. Incluso me dijeron que volvería a entrar a cirugía porque la endometriosis es una enfermedad que vuelve a aparecer, se esparce y crece”, complementó.

Diagnóstico tardío

Aline detalló que el diagnóstico tardó en salir porque es muy común que se confundan los síntomas con otras cosas o que los dolores menstruales sean calificados como normales.

La vida de Aline cambió por completo tras ser diagnosticada con endometriosis. Foto: Gentileza

“Llevó bastante tiempo saber que tenía endometriosis; sufro de dolor menstrual desde que tuve mi primer periodo y siempre me dijeron que el dolor era normal”, mencionó la joven, quien lamentó que ningún ginecólogo se animó a explorar profundamente su caso.

“Los médicos me decían que era normal, me inyectaban algo para el dolor y me enviaban de vuelta a casa, pero este año los dolores fueron cada vez más fuertes. Entre julio y agosto vivía con dolor, antes y durante el periodo”, contó.

En otra línea, mencionó que no todos los ginecólogos son especialistas en endometriosis. “Lo triste es que muchos optan directamente por la cirugía. Otros optan por el tratamiento normal y esperar, mientras vivo con dolor”, puntualizó.

Calidad de vida

¿Hasta qué punto altera la vida diaria de las pacientes? Aline señaló que el dolor que produce la endometriosis puede llegar a ser absolutamente incapacitante, afectando notoriamente la calidad de vida.

“Hay semanas que paso internada y hay días que pueden ser más leves. No hace falta que haga esfuerzo para que el dolor se pronuncie; puedo estar en cama durmiendo y los dolores vienen como si nada. Entonces, esto al final no es vivir”, dijo.

“Solo las mujeres que pasamos por esta enfermedad entendemos lo que es día a día. Prácticamente es como un cáncer, sabemos que está ahí y puede venir en cualquier momento”, dijo.

“Vivir con endometriosis es vivir incapacitada y dependiendo de otras personas”, indicó.

¿Cómo afecta emocionalmente vivir con endometriosis?

Aline se refirió a las secuelas emocionales que han venido de la mano con esta enfermedad. “Esto me ha dejado sin poder trabajar, lo que nunca dejé de hacer”, dijo.

Aline sufrió la pérdida de tres embarazos a raíz de la enfermedad. Foto: Gentileza

Desde los 16 años trabajo, siempre he salido adelante y es muy difícil no poder trabajar. Es difícil depender de los demás, pedir ayuda y que te lleven al hospital”, indicó.

En otra línea, mencionó que a consecuencia de la endometriosis perdió tres embarazos. “Pudo ser a causa de la endometriosis, porque esta enfermedad produce infertilidad. Es difícil pensar que ahora pueda convertirme en mamá”, lamentó.

Tratamiento

La joven señaló que desde que le diagnosticaron la enfermedad los médicos le indicaron un tratamiento hormonal a fin de cortar el ciclo menstrual y que la endometriosis frene su propagación, sin embargo no funcionó.

Lastimosamente en mi caso no funcionó; por más de que esté tomando la hormona, seguía menstruando y los dolores post operatorios se volvieron más intensos”, puntualizó.

A raíz de que el primer tratamiento no funcionó, Aline señaló que comenzó otro tratamiento con una hormona sintética, pero recién en un mes sabrá si resulta o no. “De tantos tratamientos que ya he probado, ninguno ha funcionado y espero que este último haga efecto”, indicó.

La vida de Aline antes de la endometriosis

La joven señaló que antes de vivir toda esta terrible pesadilla era muy feliz, haciendo lo que más le gusta: enseñar sobre el mundo de la pastelería.

Aline tuvo que tomar la difícil decisión de dar en adopción a sus mascotas. Foto: Gentileza

“Aline era una pastelera maestra, tenía su propia academia y ahora todo eso se truncó. Ni siquiera puedo hacer clases virtuales. Me formé en restaurantes y llevaba nueve años en ese mundo”, recordó.

“Hoy en día esa Aline prácticamente no existe”, lamentó la joven, quien mencionó que gracias a su emprendimiento ayudaba a muchas personas jóvenes a salir adelante y lograr una salida laboral rápida.

Separarse de sus mascotas, la decisión más difícil

Antes constantes idas y vueltas al hospital por los dolores intensos y los gastos que conlleva el tratamiento, Aline ya no pasaba tiempo con Luna y Leia, sus dos perritas, por lo que tuvo que tomar una difícil decisión: darlas en adopción.

“Lastimosamente la endometriosis me está incapacitando tanto económicamente, por lo que tuve que tomar la decisión de darles en adopción. Dejarles encerrados es muy difícil, son cachorros que necesitan atención. Eso no era vida”, dijo.

“Mucha gente entendió y se solarizó”, complementó Aline, quien indicó que actualmente sus amiguitos de 4 patas están en un refugio.

¿Cómo ayudar a Aline?

Las personas que desean dar una mano a la joven pueden comunicarse al 0985 754 273 o al 0985 569 462.

Además, está habilitada la cuenta bancaria Visión Banco N° 16541921 a nombre de Emmanuel Antonio Resquín Fernández, con CI N° 4468528.

Igualmente, pueden enterarse de las actividades solidarias que realiza la familia a través de las redes sociales de Aline en Instagram.

Finalmente, la joven dejó un mensaje a las personas que leerán esta nota. “Quiero decirles que el dolor nunca es normal. Si es un doctor te dice que el dolor es normal, andá con otro. Sé que Dios tiene un plan para mí y ahora valoro cada cosa que pasa en mi vida, quiero pedirle a la gente que valore su vida, su trabajo y familia”, sentenció.

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