El doctor Agustín Saldívar, jefe del Departamento de Trasplantes de Órganos y Tejidos de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, mencionó que la palabra trasplante implica institucionalidad y mejoría en la calidad de vida de la persona trasplantada. Además, resaltó que engloba el compromiso de un gran equipo humano, tanto de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, el Hospital de Clínicas y el Ministerio de Salud a través del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante.
“El trasplante de órganos y tejidos es un milagro, tanto para la persona que recibe el órgano como para el donante de órganos, que a través de ese gesto da oportunidad a la otra persona mejorar vida”, expresó
Este miércoles salieron de alta las dos trasplantadas renales de donantes vivos relacionados, que, gracias a sus hermanas y el amor de familia, actualmente pueden mejorar su calidad de vida. Hoy también estuvo por el Hospital de Clínicas, para su control el último trasplantado renal de donante cadavérico, indicó la doctora Norma Arévalos, nefróloga y miembro del equipo que Trasplantes de Órganos y Tejidos.
La nefróloga recordó que al paciente trasplantado ya lo habían llamado dos veces con la esperanza de ser elegido, pero no lograba llegar a concretarse. El tercer llamado fue el milagro gracias a un donante cadavérico de 14 años, gesto altruista de sus familiares, se pudo dar una nueva oportunidad de vida a otra joven vida. El paciente se encuentra con muy buena evolución y hoy viene feliz a su control.
El paciente estuvo más de un año siguiendo tratamiento por el Departamento de Nefrología de Adultos de la FCMUNA, preparándose y en espera de un donante cadavérico. Su patología de base era nefropatía por inmunoglobulina A (IgA), con tratamiento de hemodiálisis, que lo realizaba en un centro privado a través del Ministerio de Salud, por más de tres años.
Testimonio
El trasplantado renal de donante cadavérico, de 22 años de edad, habló sobre su experiencia, los años sometidos a diálisis y lo difícil de sobrellevar la enfermedad renal, pues desde que lo diagnosticaron su vida tuvo muchos cambios. Trabajaba en un supermercado de la ciudad de Luque como empaquetador, que ante la enfermedad que lo aquejaba lo tuvo que dejar.
“Luego de terminar el colegio mi mamá me llevó al médico porque me notaba muy pálido. Tuve miedo más aún que debía ser trasplantado, pero luego los médicos me ayudaron a superar cada etapa, estoy en muy buenas manos, expresó.
Tras el trasplante desea seguir estudiando y seguir con su vida. “Luego de ir mejorando me gustaría retomar mis estudios, poder ser profesional y enfocarme en eso. Me gusta la carrera de kinesiología o derecho”.
En cuanto a la donación de órganos, el paciente resaltó que la donación salva vidas e instó a aquellos que esperan un órgano a no perder las esperanzas, pues su deseo se pudo dar en aquel tercer llamado.
Fuente: FCM UNA.