Desde el 10 de mayo, los grupos Hamas y Yihad Islámica comenzaron a lanzar centenares de cohetes contra Israel. La vida cotidiana de muchas familias se vio alterada con la lluvia de misiles que no cesan.
El compatriota Fernando Alló, encargado de negocios de la Embajada paraguaya en Israel, relató los momentos de terror que le tocó vivir junto a su familia.
«Cuando uno escucha la sirena de alarma, del sistema de cúpula de hierro, uno debe buscar refugio. En Tel Aviv tenemos un espacio de hasta 90 segundos para encontrar uno», mencionó Alló, quien indicó que su edificio fue alcanzado por uno de los cohetes.
«Fue una situación muy difícil, mi familia lloró, teníamos miedo, todos estábamos muy asustados. Tuvimos mucha suerte, fue un milagro porque el misil cayó en la parte norte del edificio», expresó.
El paraguayo explicó que los departamentos cuentan una pieza de seguridad. «Uno tiene que saber que esa es la pieza de seguridad e ir con toda tu familia; cerrar la puerta blindada y trancarla», manifestó. «Ahí esperás a que termine todo», agregó.
Igualmente, indicó que solo las clases quedaron suspendidas y resaltó que ninguna actividad económica quedó paralizada. «Si para eso, lo primero que estás haciendo es colaborar con el terrorista, porque eso es lo que busca», puntualizó.