
Lucy Letby, durante su interrogatorio, en Chester. Foto: Reuters.
Lucy Letby, de 33 años, es una enfermera británica que trabajaba en un hospital en el norte de Inglaterra. Este lunes, un tribunal, liderado por el juez James Goss, la sentenció a cadena perpetua, tras ser declarada culpable del asesinato de siete bebés recién nacidos.
Además la declararon culpable por el intento de homicidio de otros pequeños más. Es un caso que conmocionó a todo el Reino Unido.
“Actuó de una manera totalmente contraria a los instintos humanos normales que son cuidar a los bebés y en violación flagrante con la confianza que todos los ciudadanos depositan en los profesionales de la salud”, declaró el juez del tribunal de Mánchester (norte), James Goss.
Debido a la “gravedad excepcional” de los crímenes, “pasará el resto de sus días en la cárcel”, sentenció. La lectura de la sentencia se transmitió en directo por la televisión local.
El tribunal ya la declaró culpable del asesinato de siete recién nacidos prematuros el viernes, así como de seis intentos de homicidio en el hospital en el que trabajaba.
La mujer, descrita por la acusación como “fría, calculadora, cruel y tenaz”, se negó a estar presente durante la audiencia final y clamó su inocencia a lo largo del juicio, que empezó en octubre del año pasado.
Letby trabajaba en la unidad de cuidados intensivos del hospital Countess of Chester, en el noroeste de Inglaterra, donde tuvieron lugar los asesinatos entre junio de 2015 y junio de 2016.
La mujer inyectó aire a los bebés por vía intravenosa y mediante sondas naso-gástricas, y les administró sobredosis de leche.
Fuente: Infobae.