En la mañana de este lunes, el entrenador de la Albirroja, Gustavo Alfaro, brindó una charla “Liderazgo y Desarrollo Humano. El Despertar de un Gigante” ante unos 4.000 docentes en el SND Arena.
La conferencia contó con la participación del ministro de Educación, Luis Ramírez, y el presidente de la República, Santiago Peña.
Alfaro tomó la palabra, habló de la importancia de saber sobreponerse en los momentos de crisis, también manifestó que insta a sus jugadores a hacerse fuertes siempre.

El entrenador de la Selección Nacional, Gustavo Alfaro, participó en una charla para docentes. Foto: MEC.
«No existe fuerza superior que la inteligencia. Las crisis ofrecen oportunidades, nunca los vi entregarse a Messi, Pelé, etc. Ellos pusieron pecho, eso le dije a Julio Enciso. Le pregunté cómo querían que le recuerden«, señaló el entrenador.
Según el mismo Alfaro, venir a la Selección debe un acto de voluntad propia, pues simplemente es una invitación a servir al país, no debe considerarse como una obligación.
«Los jugadores llegan a la selección nacional desnudos, no importa de dónde vengan ni el prestigio. La selección nacional es una invitación, no una obligación. En otras selecciones renunciaron a ese sentimiento más sublime«, refirió el profe.

Gustavo Alfaro brindó una charla “Liderazgo y Desarrollo Humano. El Despertar de un Gigante”. Foto: MEC.
También recalcó que nuestro país logró recuperar el respeto que se había perdido, alegó que hoy en día Paraguay está en condiciones para mirarle de igual a igual a los rivales.
«Siento que hemos ganado algunas batallas, pero nos faltan otras. Hoy podemos decir con orgullo que Paraguay está de pie y que no nos sentimos menos que nadie. Podemos mirar a los ojos a los rivales y que nos pueden ganar, pero llevándonos a la luna«, expresó el entrenador.
Por último, indicó que no existe una receta mágica para poder adquirir la esperanza y de esa manera hacer frente a cualquier adversidad.
«La energía no se pierde ni se transforma. Se cambia. Uno tiene que saber encontrarla, saber su origen y su sentido. Preparar el cauce para que esa energía siga. No hay receta más maravillosa que la esperanza», concluyó Alfaro.